sábado, 21 de febrero de 2009

Expulsión de diplomáticos estadounidenses en el Ecuador y la realidad de la política antidrogas en el continente

Por Decio Machado

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Fander Falconí, procedió el miércoles 18 de febrero a notificar la expulsión en las próximas 48 horas del adjunto civil de la embajada de los Estados Unidos en Quito, Mark Sullivan, por actuaciones ilegales de interferencia en la seguridad del Estado ecuatoriano.

Es el segundo diplomático norteamericano expulsado del Ecuador en los últimos 12 días, dado que el pasado 7 de febrero fue expulsado el agregado diplomático norteamericano de origen puertorriqueño, Armando Astorga, por un motivo similar.

En el caso de Mark Sullivan, este funcionario promovió la entrega de los archivos de seguridad nacional, por parte de los policías miembros de la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES).

La decisión de expulsión del funcionario estadounidense fue adoptada por el Presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, al enterarse este que a través de Sullivan, la embajada norteamericana procedió a llevarse los archivos de seguridad del estado nacional, pertenecientes a la inteligencia policial.

“La expulsión del funcionario norteamericano se dio por intromisión en asuntos internos de Ecuador. Tiene 48 horas para salir del país”, afirmó el canciller Falconí en conferencia de prensa realizada en la mañana del 18, tras la reunión del Consejo de Seguridad Nacional del Ecuador (COSENA).El empleado de la embajada norteamericana Mark Sullivan fue señalado por el mayor de policía Manuel Eduardo Silva Torres, jefe saliente de la UIES, como el funcionario que presionó y exigió la entrega de los archivos de seguridad, por lo cual habría cometido el delito de atentado contra la seguridad nacional.

Este acto incluyó una injerencia en las decisiones del mando policial y del Estado ecuatoriano, toda vez que la información que fuera sacada de los archivos de la UIES no estaba ligada al retiro de la cooperación norteamericana con la fuerza pública de Ecuador.

La ruptura de esta cooperación se dio el pasado 8 de enero, cuando el gobierno del Ecuador le indicó a la embajada de los Estados Unidos en Quito, que no estaba dispuesto a seguir permitiendo que los norteamericanos fuesen los que calificasen al personal de las unidades encargadas de lucha antinarcóticos y contra el tráfico de personas, de igual manera que tampoco se permitiría que fuesen los funcionarios estadounidenses quienes designasen al Comandante de dichas unidades policiales. Rafael Correa anunció en ese momento a la embajada gringa que esta situación significaba una clara renuncia a la soberanía nacional, y que desde la llegada del gobierno de la “revolución ciudadana” (15 de enero de 2007) este tipo de lógicas habían cambiado.

En el trasfondo político de esta cuestión están las formas de intervención e injerencia interna estadounidense sobre los países del Sur, entre otras temáticas, en materia de lo que en EE.UU. se considera la “guerra global contra las drogas”, y una lógica clientelar desarrollada desde el Imperio hacia los países del Sur en las políticas antinarcóticos diseñadas desde la Drug Enforcement Administration (DEA).

Políticas antinarcóticos en el Ecuador.

Ecuador es un país de tránsito de estupefacientes, no existe producción o cultivos. Su situación como país de tránsito implica que organizaciones criminales operen en zonas del territorio ecuatoriano para el acopio, almacenamiento y distribución de la mercadería, así como para actividades de lavado de activos y delitos conexos.

Al igual que en el resto del mundo, las políticas de mano dura en el Ecuador se han consolidado a partir de acuerdos y convenciones internacionales.

La Estrategia Nacional de Drogas desarrollada durante el gobierno de Lucio Gutiérrez, contemplada para el período 2004-2008, enfatizó en la necesidad de reducir y anular la demanda de drogas y combatir el delito en todas sus manifestaciones como son la producción de plantas ilícitas, el lavado de activos, el ingreso de precursores, entre otros. Para esto se establecieron canales de cooperación económica y colaboración estratégica con el fin de unificar procedimientos, acciones, intercambio de información y asistencia judicial recíproca, en un claro planteamiento subsidiario de la política antinarcóticos norteamericana.

En la actualidad, en el marco de la era Correa, la tendencia a nivel diplomático ha pasado a ser impulsar procesos de integración y compromiso entre varios actores para fomentar el desarrollo local. Una de éstas es el Plan Ecuador, que se creó para impulsar en la frontera norte un proceso de paz, desarrollo y seguridad fundamentado en los principios del “desarrollo alternativo” y del “desarrollo alternativo preventivo”. Con este Plan se buscó establecer un proceso distinto al de la “guerra contra las drogas”, mediante el impulso desde el Estado de proyectos agroforestales y de producción de diversos productos agropecuarios cómo leche, caña de azúcar, cacao y café, así como ciertos estímulos para la comercialización interna y eventual exportación.

Afectación en la frontera norte del Ecuador del Plan Colombia.

Durante la última década se intensificó el enfoque represivo para la producción. En la región, el Plan Colombia es el ejemplo. A continuación se describen algunas de las principales consecuencias que ha generado el plan en la frontera ecuatoriana:

- Agudización del conflicto militar en la frontera norte.
- Penetración de mafias y grupos irregulares (FARC y paramilitares) en las provincias fronterizas. Sicariato extendido en todo el país.
- Profundización de conflictos sociales y armados. Inseguridad. Pueblos colonos e indígenas en amenaza.
- Desplazamiento e incremento de refugiados colombianos.
- Destrucción de medios de vida de miles de productores.
- Las fumigaciones aéreas de “fusarium oxisporum” generaron severos impactos en la salud de la población de frontera y contaminación de recursos naturales.
- Se generaron las condiciones para el tráfico ilícito de derivados.
- Conformación de redes de trata y tráfico de personas.
- Corrupción de las autoridades locales y jueces. Desestructuración y debilitamiento de las instituciones del estado.

Estos impactos son asumidos casi en su totalidad por el Estado ecuatoriano. Los aportes obtenidos de la cooperación internacional se centraron en atacar los cultivos y muy poco se ha destinado al desarrollo e integración.

Sin embargo la evaluación de los datos es contundente: durante la ejecución del Plan Colombia, los cultivos de coca en la región andina se incrementaron en 16%, reduciéndose parcialmente en Perú y en Bolivia, mientras que en Colombia se expandía la superficie y mejoraban los rendimientos. En los últimos ocho años, la producción de Colombia se incrementó en 27% (datos del informe de la ONUDD, 2008).

En una evaluación sincera, habría que preguntarse: ¿para qué han servido la altísima inversión que se ha hecho en armamento y demás costos de orden militar y logístico en Colombia? Datos oficiales cifran en más de 5 mil millones la inversión desarrollada, y su único rédito ha sido incremento de la violación de derechos humanos en Colombia, deterioro de las instituciones del Estado a través de la “parapolítica” y fumigaciones a mansalva, lo que ha significado el desplazamiento de poblaciones residentes de los territorios fumigados, así como un incremento espectacular del número de refugiados especialmente hacia la frontera con el Ecuador.

Contexto internacional de la lucha antinarcóticos.

En las últimas décadas, la lucha antidrogas se ha constituido progresivamente como un eje fundamental de la política internacional de los EE.UU. y la UE en el continente Latinoamericano, y de forma especial en los países del eje andino.

La situación ha llegado a tal punto, que gran parte de las relaciones políticas, económicas y de cooperación están determinadas por los resultados que presentan anualmente la policía antinarcóticos de cada país.

Se ha desarrollado en el contexto mundial una lógica de protocolos internacionales, convenciones y tratados que han determinado la regulación, y esencialmente el control de la oferta de narcóticos diferenciando entre estos, actividades licitas e ilícitas, y estableciendo de acción, roles y funciones de instituciones del Estado para el control de la oferta y la demanda de estupefacientes.

En líneas generales, la evolución de las políticas de drogas a nivel mundial, ha estado enmarcada en tres etapas fundamentales en las que con el pasar de los años se ha intensificado gradualmente el enfoque de mano dura y “guerra contra las drogas” del Estado norteamericano.

La primera etapa se puede situar a inicios del siglo XX y estuvo caracterizado por el empuje que EE.UU. y China dieron para generar acuerdos mínimos a nivel internacional. Cabe significar que en aquel momento el tema no tenía un interés protagónico e incluso algunos países hasta veían con recelo este tipo de negociaciones. Sin embargo, se negociaron algunos tratados de carácter normativo que contemplaban la posibilidad de establecer restricciones administrativas a las exportaciones de opiáceos. Se destacan entre ellas la Primera Convención de La Haya (1912), la Convención Internacional sobre el Opio (1925) y la Convención de 1936. En esta última se acuerda por primera vez establecer prohibiciones pero con una participación de muy pocos países. Aún no existían las prohibiciones globales ni al cultivo ni al consumo.

La segunda etapa se caracteriza por la unificación y extensión de los acuerdos iniciales y la limitación del uso de plantas. Se dan las pautas para el abastecimiento de un sistema mundial de control y erradicación de cultivos, ahora llamados ilícitos, provenientes principalmente de países subdesarrollados. En esta etapa destacan: por un lado, la Convención Única de la ONU en 1961 y su enmienda por protocolo en 1972, donde se estableció un sistema universal para controlar el cultivo, producción, distribución, uso y posesión de sustancias narcóticas (se determina la prohibición y control de más de 100 sustancias clasificadas según su peligrosidad); por otro lado, el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, donde se incluyen en esta lista más sustancias, esta vez farmacéuticas y anfetaminas.

La tercera etapa marca el inicio del proceso de intensificación y militarización de la “guerra contra las drogas” y se convierte en tema fundamental y visible de la agenda de seguridad de los países desarrollados. Las leyes y las penas se endurecen a nivel mundial y se inician distintas iniciativas de carácter general regional para diseñar sistemas de control y fiscalización. Estas políticas quedan enmarcadas en la Convención de la ONU contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes en 1988 –donde se establecen medidas de acción contra el narcotráfico, blanqueo de dinero y la desviación de precursores químicos (se establece la obligación de criminalizar las actividades de producción, tráfico y posesión en todo el planeta)-, y en la Sesión Especial de la Asamblea General de las NN.UU. sobre Drogas (UNGASS) de 1998.

Con el conjunto de acuerdos y legislaciones internacionales emanados de estos encuentros, se constituye el sistema mundial de control antidroga, se otorgan lineamientos generales para el diseño de políticas a nivel nacional y también para el diseño de iniciativas regionales. Este marco general contiene concepciones sobre el control de la oferta organizada que poco a poco han ido tomando un carácter más punitivo, justificados en base a principios como “países libres de drogas”, “tolerancia cero”, “lucha contra el flagelo de las drogas”, entre otros. Al mismo tiempo, estas consignas fueron trasladadas mecánicamente al control de la demanda o consumo de sustancias psicoactivas.

Todo esto también generó voces discrepantes en algunos países de Europa y en especial en América Latina, con respecto a la escala de la militarización norteamericana en la lucha antinarcóticos y la injerencia interna.

A inicios de febrero del presente año, los EE.UU. resolvieron bloquear las negociaciones en caso de que se incluya el concepto de “reducción del daño” en la próxima declaración política. Este tema ha sido impulsado principalmente desde la UE y América Latina y el Caribe (ALC). El desenlace de esto está por verse y en las semanas previas a la reunión de la UNGASS (que tendrá lugar a mediados del mes de marzo).

Sin embargo, el principal argumento que sustentan las posiciones disidentes, y muy razonables por cierto, es que las reducciones de los cultivos de plantas ilícitas no se cumplieron con este tipo de políticas coercitivas y represoras. La marihuana y el opio han duplicado su superficie y la coca se ha incrementado en un 20%.

Las posiciones de los países son múltiples y responden a su propia realidad. Sin embargo, muchas se quedan en el discurso y finalmente la “guerra” continúa. Tal como están las cosas finalmente la cuestión en la reunión de la UNGASS el próximo mes está en la dicotomía de “reafirmar o replantear”.

Contexto regional andino.

En los países andinos se reproducen, en pequeña escala, los debates mundiales para enfrentar el tema de las drogas. Las posiciones de cada uno de los países responden a distintas realidades y por lo tanto las estrategias y objetivos nacionales difieren mucho entre sí.

La posición de Colombia y Perú está alineada en gran medida con la estrategia antidroga norteamericana, mientras que Bolivia sacó a la USAID y a la embajada americana acusándolas de intervenir en sus fuerzas armadas y de fragmentar al pueblo indígena.

La posición boliviana es una de las más vanguardistas en el mundo en lo que se refiere a la producción de droga ya que reclama la revalorización del cultivo de la hoja de coca y de las manos que lo hacen. La posición de Bolivia se fundamenta en el derecho de autodeterminación de los pueblos y en el hecho de que la hoja de coca no es nociva para la salud de ninguna manera (de hecho, un documento de la OMS de 2007, demuestra que la hoja de coca no es dañina para la salud y demuestra que además es una medicina muy útil para el tratamiento de muchas enfermedades –los EE.UU. amenazaron con recortar sus aportes a la organización en caso de que este estudio se publicase, hecho que evidentemente no sucedió-), y que además constituye un elemento sagrado de su cultura. A pesar que la posición boliviana fue tradicionalmente minimizada, actualmente muchas voces e instancias a nivel internacional la reconocen y promueven. Lamentablemente, los principales opositores a sus tesis se encuentran en su propia vecindad.

La influencia norteamericana en la región andina llevó a que se inserte, en el seno de la CAN, un fuerte debate acerca del vínculo conceptual entre terrorismo y narcotráfico.

Tanto Bolivia como Ecuador se oponen a este enfoque ya que aceptar el “terrorismo” puede ser motivo para justificar la violación de la Carta de Derechos Humanos y la soberanía e integridad territorial de los países.

En el marco ecuatoriano, la ruptura de determinados convenios de colaboración en lucha antinarcóticos con los EE.UU. a partir de las expulsiones de funcionarios gringos por injerencia en la seguridad nacional de este país, abre una nueva crisis para los norteamericanos en la región, a la que hay que sumar la salida de los estadounidenses de la Base de Manta en este año (la base de Manta fue justificada por los EE.UU. como un centro de operaciones protagónico en la lucha antinarcóticos en la región en el contexto del desarrollo del Plan Colombia).

Mafias mexicanas toman el relevo de los cárteles colombianos.

El control del ciclo del alcaloide, es decir el cultivo, procesamiento, transporte y comercialización de la cocaína procedente de la frontera colombiana ha pasado paulatinamente de las manos de mafias colombianas hacia mafias mexicanas. En este sentido, los mexicanos se aliaron primero con las organizaciones de Cali y del Norte del Valle, pero luego los abandonaron e incluso los delataron ante autoridades, por lo que importantes capos de estos grupos fueron y extraditados a EE.UU.

Ejemplos de mafias mexicanas: el cártel de Sinaloa opera en 35 países del mundo y es considerada como una de las mafias más poderosas. Actualmente, éste grupo enfrenta una verdadera guerra con el ejército mexicano y con otras mafias como el cártel del Golfo. La cabeza de su líder “El Chapo” Guzmán está valorada en 5 millones de dólares.

La violencia de estas mafias es una epidemia en varias ciudades de Brasil, Colombia y México, así como de otros países. Son agrupaciones con un elevado nivel de organización y acceso a tecnología y armamento muy sofisticados. Además las repercusiones de la actividad criminal de los implacables carteles mexicanos se sienten desde hace un par de años incluso en ciudades como Atlanta y Boston.

La mayor parte del armamento de los narcos proviene de EE.UU., de donde también fluye hacia México más de $30.000 millones al año, como producto de la venta de narcóticos. La larga guerra contra las drogas no ha logrado acabar con el consumo ni con los crímenes ¿habrá llegado la hora de considerar en serio la legalización como medio para poner fin a la violencia?

Publicado en Wordlpress el pasado 20 de febrero de 2009

sábado, 7 de febrero de 2009

Para Rafael Correa, la dignidad y la soberanía del Ecuador están por encima de todo


Decio Machado // Quito (Ecuador)

Desde la mañana del sábado 7 de febrero, corren las 48 horas otorgadas por el presidente Rafael Correa a su canciller, Fander Falconí Benítez, para que proceda a la expulsión de territorio ecuatoriano del agregado de la embajada norteamericana, Armando Astorga (quien ha ejercido hasta la fecha el cargo de agregado estadounidense para asuntos migratorios, de seguridad y aduana) , tras tener notificación de una carta enviada por este a la Comandancia General de la Policía Local.
La carta, cuya fecha es del 8 de enero, fue dirigida al General Jaime Hurtado, Comandante de la Policía del Ecuador, e indicaba la finalización del entendimiento del apoyo logístico y operativo brindado al Centro de Operaciones Anti Contrabando –COAC-, de la Dirección Nacional de Inteligencia (DGI) de la policía nacional a partir de su recepción. Uno de los proyectos por los cuales se ha mantenido y desarrollado la lógica de dependencia histórica del Ecuador con respecto a la política norteamericana contra el tráfico ilegal de personas y estupefacientes.
La terminación de dicho acuerdo entre los EE.UU. y Ecuador, se dio consecuencia de que el gobierno ecuatoriano rehusó a que fuese la embajada de los Estados Unidos la que calificase al personal de la unidad policial encargada, así como que fuesen quienes designasen a su Comandante. El gobierno ecuatoriano, a través de su Ministerio de Gobierno y del propio presidente de la República, ya había anunciado a la embajada norteamericana que esta situación significaba una clara renuncia a la soberanía nacional y que desde la llegada del gobierno de la “revolución ciudadana” –desde dos años- este tipo de lógicas habían cambiado.
En el programa radiotelevisivo de la mañana del sábado, utilizada por el presidente Correa para su rendición de cuentas semanales a la ciudadanía de su país, este rechazó la decisión del diplomático norteamericano al indicar que es potestad de los mandos policiales del Ecuador, calificar a su personal y evidentemente a su Comandante, indicando que ya le había dado orden al general Hurtado de que terminara con la práctica anterior. Correa calificó la carta como “insolente” e indicó que dichas prácticas se habían terminado en su gobierno.
De esta manera el mandatario ecuatoriano alineaba su postura con la nueva Constitución aprobada por el país el pasado 28 de septiembre, en la cual se deja constancia de que en el Ecuador, "la soberanía radica en el pueblo, cuya volundad es el fundamento de autoridad, y se ejerce a través de los órganos de poder público y de las formas de participación directa previstas en la Constitución".
La carta enviada por Astorga, solicita que como consecuencia de la decisión tomada por el gobierno del Ecuador de dar por terminado el acuerdo anteriormente existente, también quedan suspendidos 340.000 dólares anuales de apoyo logístico y operativo otorgado por el gobierno norteamericano al COAC. De igual manera, en la misiva norteamericana, se indica que todos los activos, vehículos, muebles de escritorio, cámaras fotográficas y motocicletas entregadas a la COAC, sean devueltas de manera inmediata.
En este sentido, Rafael Correa indicó: “Señor Astorga, quédese con su sucio dinero, no lo necesitamos, aquí hay soberanía y dignidad, quédese con sus 340.000 dólares, majadero insolente”. Con respecto a la infraestructura demandada por Astorga, el presidente ecuatoriano ordenó al Comandante de la Policía que devuelva a las autoridades norteamericanas hasta el último centavo entregado por los gringos de manera inmediata. “Devuélvale hasta el último centavo que este señor haya dado, devuélvale hasta el último borrador, mañana mismo, que se queden con sus cosas, Ecuador no necesita la caridad de nadie”, sentenció el presidente Correa.
De forma similar, el Jefe de Estado rechazó los condicionamientos del funcionario de la embajada de los Estados Unidos a que la decisión del Gobierno Nacional sea revisada, con el fin de contribuir con 160.000 dólares anuales. En este sentido, el lunes será entregada una comunicación a la embajada donde se indicará que el Ecuador no requiere de los 340.000 dólares ni de los 160.000 dólares anuales que EE.UU. iba a otorgar para apoyo logístico y operativo a la unidad nacional contra la trata de personas.
El presidente Correa indicó que en la carta que el Ecuador enviará a las autoridades norteamericanas, propondrá “una donación a Estados Unidos de 160.000 dólares anuales para proyectos que tengan como fin evitar la tortura en los Estados Unidos”, denunciando de esta manera que “se está torturando en cárceles como la de Guantánamo”.
“Estos señores no saben con quién están tratando”, señaló Correa, indicando que recientemente la embajadora de los EE.UU., Heather Hodges, le había solicitado que tras la salida de los norteamericanos de la base de Manta –hecho que se desarrollará en este año en cumplimiento del artículo 5 de la Constitución en la cual se indica que "No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares" en territorio ecuatoriano-, se permitiera el aterrizaje de aviones de control antidrogas en el suelo ecuatoriano con el fin de poder hacer repostaje.
En referencia a esto, el primer mandatario ecuatoriano indicó que aceptaba la petición de la embajadora con la condición de: “Que nosotros tendremos que calificar a los pilotos de esos aviones para que no nos metan ningún delincuente en nuestro país”, y prosiguió, “nosotros calificaremos a los pilotos, si no, aquí no aterriza ningún avión norteamericano”.
Al finalizar, el presidente Correa, sostuvo que Estados Unidos debe “perder las esperanzas” de que su gobierno revise su posición respecto a ese acuerdo con Washington, porque “mientras esté el gobierno de la revolución ciudadana, las circunstancias no cambiarán, (…), estamos no en una colonia norteamericana, sino en una país digno y soberano”.
Fuentes de la embajada norteamericana en el Ecuador indican que el funcionario expulsado por Correa no se encuentra en el país desde finales del mes de enero.

Artículo publicado en la web "Vamos a cambiar el mundo" el pasado 8 de febrero de 2009

domingo, 25 de enero de 2009

Correa se niega a cargar con la ‘deuda ilegítima’

Decio Machado (Ecuador)





La decisión del Gobierno de Ecuador de auditar la deuda externa del país, identificando sus orígenes “ilegítimos, inmorales e ilegales” abre la puerta a una renegociación de la deuda favorable a los intereses de Ecuador.




El 15 de enero el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su informe a la Nación, anunciaba cuál sería la estrategia ecuatoriana con respecto a la deuda externa. Correa precisó, entre otros puntos, que Ecuador intentará recomprar un tercio de la deuda externa (3.210 millones de dólares), que dejó de pagar en noviembre al ser considerada ésta como “deuda ilegítima” por una auditoría independiente.

El presidente ecuatoriano lo decía de esta forma: “Vamos a hacer una propuesta de compra de esa deuda ilegítima, pero quitándole la mayor fuente de ilegitimidad, que fue el alto precio a la que se renegoció, y volviendo a los precios o estimando los precios a los cuales debió canjearse esa deuda”. Correa señaló que “la mayor fuente de ilegitimidad de esa deuda es que cuando el país estaba quebrado y los bonos vendiéndose a 20% de su valor nominal, agenciosamente, fueron nuestros negociadores para que se recuperen los precios y canjear la deuda, pero al 60% de su valor nominal”.

Consultado por DIAGONAL, Diego Borja, ministro coordinador de la política económica, nos indica que Ecuador planea recomprar los bonos con un descuento de al menos un 70% sobre su valor nominal.

La deuda ilegítima

El llamado Gobierno de la ‘revolución ciudadana’ declaró en diciembre el default (suspensión de pagos) para la deuda externa comercial que involucra a los bonos Global con vencimiento en 2012 (por 510 millones de dólares) y 2030 (2.700 millones), los cuales fueron canjeados por los Brady en 2000.

El cuestionamiento del Gobierno de Correa es sobre los tramos de deuda que se consideraron “ilegítimos, inmorales e ilegales” en el estudio realizado por la Comisión para la Auditoria Integral del Crédito Público (CAIC) y que se presentó oficialmente en el mes de noviembre. Esto ha significado que desde el 15 de noviembre no se esté cumpliendo con los pagos correspondiente a los bonos Global 2012 y 2030, aunque paralelamente se hayan desembolsado 30,5 millones de dólares por intereses de los Global 2015 (que ascienden a 650 millones de dólares), y que fueron emitidos por el propio Ecuador en 2005 para generar directamente recursos. El Gobierno no considera que formen parte de los tramos ilegítimos de deuda, dado que ésta no fue impuesta desde las instituciones financieras internacionales, sino por el propio Gobierno.

Al mismo tiempo que suspende estos pagos, el Gobierno de Ecuador prepara en estos momentos las acciones legales contra los acreedores, instituciones financieras internacionales y, en el plano interno, contra los responsables en gobiernos anteriores de haber generado esta crisis.

La ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, declaró a DIAGONAL que “el servicio de la deuda externa en nuestro Gobierno jamás estará por encima de la inversión social, que en el año 2008 superó en 940 millones de dólares el pago de la deuda”.
El total de la deuda ecuatoriana ascendía en noviembre de 2007 a 9.985 millones de dólares, el equivalente al 19% del PIB de Ecuador.

Ex presidentes en la mira

Gustavo Noboa, quien fue presidente de Ecuador entre 2000 y 2003, es el quinto jefe de Estado que se presenta ante el fiscal encargado de la indagación previa, Byron Granja, después de que la Fiscalía decidiera investigar el tratamiento que se dio a ciertos tramos de la deuda externa en los gobiernos de las últimas tres décadas. Noboa, quien fue amnistiado el pasado 4 de julio por la desaparecida Asamblea Constituyente del país, tuvo que presentarse ante la Fiscalía el 9 de enero por requerimiento de la justicia ecuatoriana.

La Fiscalía ha llamado a declarar a Noboa, después de haber requerido ya a Lucio Gutiérrez, quien gobernó el país entre 2003 y 2005. También han declarado Rodrigo Borja, presidente entre 1988 y 1992; Fabián Alarcón, presidente entre 1997 y 1998; y Alfredo Palacio, último mandatario ecuatoriano antes de la elección de Rafael Correa.

“El informe de auditoría sobre la deuda externa detecta una serie de problemas de eventuales responsabilidades e ilegalidades que tiene que ser sometido a las autoridades competentes en el tema interno de la Fiscalía General y en el tema externo eventualmente a demandas y juicios en el exterior bajo los tribunales de Nueva York”, declaró a DIAGONAL uno de los portavoces de la CAIC, el historiador argentino Alejandro Olmos.

La Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público estableció responsabilidades en presidentes de la República, ministros de Finanzas, autoridades del Banco Central y Junta Monetaria, dictadura militar y procuradores que actuaron en el período que se investiga.

Este artículo fue publicado en el periódico DIAGONAL número 94, el 22 de enero de 2009

Un atraco millonario


Decio Machado (Ecuador)

El 80% de los casi 10.000 millones de dólares de deuda externa de Ecuador proviene de operaciones de refinanciación, y sólo un 20% para proyectos de desarrollo.

La Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC), constituida por decreto gubernamental y compuesta por auditores y economistas independientes del Gobierno, investigó y analizó durante más de un año el conjunto de los casi 10.000 millones de deuda externa ecuatoriana. Preguntado por DIAGONAL, su coordinador, Hugo Arias, aseguró que tras las investigaciones “se encontraron indicios de una actitud fraudulenta en la contratación y negociación de deuda que la convirtió en un monstruo gigante e impagable”, añadiendo que “más del 80% de la deuda corresponde a refinanciamiento, y apenas el 20% a proyectos de desarrollo”.

Según el vocero de la CAIC, este manejo estuvo presente en todos los gobiernos desde hace más de 30 años, a excepción del gobierno del presidente Abdalá Bucaram (agosto 1996-febrero 1997) que en sus apenas siete meses de gestión, antes de tener que salir prófugo a Panamá, no registró negociaciones de deuda. Según Arias, “el país sabe que el endeudamiento externo fue un atraco millonario. Nunca se favorecieron los intereses nacionales sino el de los acreedores, porque ellos manejaron procedimientos ilegales en unos casos e ilegítimos en otros, y todos perversos”.

Ecuador cuenta con recursos para cumplir con sus obligaciones aunque sus ingresos se han visto afectados por la caída del precio del petróleo, que financia casi el 40% del presupuesto público, por lo que la decisión tomada, por Correa de entrar en default es una decisión de índole política sin precedentes en América Latina.

Sube el Riesgo-País

La consecuencia de las acciones emprendidas por el Gobierno ecuatoriano ha hecho que los precios de los bonos caigan y que el índice de Riesgo-País se eleve por encima de los 4.000 puntos, lo que puede significar un handicap para la inversión extranjera en el país. En ese sentido, Rafael Correa se ha expresado rotundamente: “Que caigan los bonos, que suba el Riesgo-País, nos tiene sin el menor interés, sin la menor preocupación, pero mi Gobierno no dejará en la impunidad el caso de la deuda”.

Los bonos de deuda Global 2012 y 2030 se intercambiaron en 2000 por unos bonos anteriores, denominados Brady, con vencimiento en 2025, y que habían sido emitidos en 1994 por el Gobierno de entonces.

El presidente Jamil Mahuad había anunciado en agosto de 1999 una moratoria unilateral de los bonos Brady y al año siguiente, el sucesor de Mahuad, Gustavo Noboa, propuso a los tenedores el canje de bonos en medio de una crisis económica que condujo a la quiebra a 21 de los 42 bancos privados del país, que se vio entonces envuelto en una hiperinflación.

La protección de Mahuad a los bancos quebrados provocó que este mandatario decretara un día de fiesta bancario, un congelamiento de depósitos y una virtual quiebra del sistema de economía real. El exceso de impresión de billetes para afrontar las obligaciones de rescate bancario provocó que la inflación aumentase considerablemente y la crisis de la economía real disparó la cotización del dólar a niveles nunca antes vistos.

Mahuad quebró el país y el 21 de enero de 2000 fue depuesto después de que la CONAIE tomara las calles de Quito y avanzara al Congreso Nacional, apoyados por un grupo de coroneles. Ahora, Mahuad reside en EE UU (país al que permitió crear la base militar de Manta) y tiene cargos pendientes en su contra por varios actos gubernamentales. Aún así ha recibido el sobreseimiento provisional del proceso en su contra, dictado a su favor por la Corte Suprema.

Publicado en el periódico DIAGONAL número 94, el 22 de enero de 2009

jueves, 2 de octubre de 2008

Nueva Constitución para Ecuador


Tras la consulta popular para la aprobación de la nueva Constitución, Ecuador y en especial la ciudad de Guayaquil muestran una clara polarización social sin precedentes en el país.

La campaña del referéndum constitucional ha tenido un elevado tono de enfrentamiento durante los meses de agosto y septiembre en Ecuador. A pesar de que el ex presidente Lucio Gutiérrez, principal figura de la oposición a nivel nacional, anunciara sospechas de fraude en el referéndum, el propio jefe de la misión de observadores internacionales de la OEA, Enrique Correa, lo desmintió públicamente : “No existen indicios de fraude electoral en el Ecuador, aunque sí hemos asistido a una campaña basada en la lógica de la confrontación basada en la descalificación del contrario”.

El 28 de septiembre, el proceso de transformación social que vive Ecuador, conocido popularmente como la “revolución ciudadana”, se jugaba el todo por el todo. Con la aprobación de la Constitución se pone en marcha uno de los catálogos de derechos más extensos del mundo, con sus correspondientes garantías, que llevan a convertir incluso a la naturaleza en sujeto de derecho, algo hasta ahora insólito en los tratados constitucionales.

Esta nueva Constitución sienta las bases para una democracia participativa, con la posibilidad, por poner un ejemplo, de poder destituir al jefe de Estado por votación popular. El texto incorpora derechos fundamentales entre los que destaca el derecho al agua, a la alimentación, los derechos de las mujeres embarazadas, de los adultos mayores o de los pueblos indígenas.

La nueva Constitución de Ecuador rescata un término kichwa, el sumak kawsay (traducido al castellano como “el buen vivir”), y lo convierte en el principal objetivo del poder público. Horas antes de que se abrieran las urnas, el presidente Rafael Correa definía la situación por la que pasa el país : “Estamos ante un momento histórico. Es una oportunidad maravillosa para construir el nuevo Ecuador, por el que hemos venido luchando durante muchas generaciones”. De igual manera declaraba a DIAGONAL Manuela Gallegos, titular de la Secretaría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana : “No tiene viabilidad el proyecto de transformación social que se está desarrollando en el Ecuador si el pueblo no aprobase la Constitución. Por fin las minorías étnicas se ven reflejadas en la carta magna en toda su magnitud. Por fin las mujeres, los indígenas, los negros…, se empoderarán. Este proceso de cambio ya no tiene freno”.

Las élites, intranquilas

La Iglesia ha sido uno de los actores claves de la oposición durante la campaña por el ‘no’ a la Constitución. Monseñor Arreguí, cura de origen vasco y miembro destacado del Opus Dei, así como presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, se manifestó claramente en contra de la Constitución. Sus motivos : “Esta Constitución atenta contra los principios de la Iglesia. Es abortista, da pie al matrimonio entre parejas del mismo sexo, y en su preámbulo invoca el nombre de Dios junto al de la Pachamama”. De igual manera, manipulando y tergiversando los contenidos del proyecto constitucional, la oligarquía y extensos sectores empresariales llamaban a votar por el ‘no’, indicando a través de múltiples vocerías que la nueva Constitución atenta contra el principio de la propiedad privada, que es comunista, que se ha hecho a través de asesores extranjeros financiados por el presidente venezolano Hugo Chávez, que no permitirá las inversiones extranjeras en el país... Walter Larrea, trabajador de la cadena comercial AKI, con múltiples establecimientos en diversas ciudades de Ecuador, declara a DIAGONAL : “En nuestros puestos de trabajo, nuestros jefes nos amenazaron con el despido si votábamos ‘sí’ a la Constitución. Mi hermano y mis primos, que trabajan en negocios que nada tienen que ver con el mío, también fueron amenazados”.

Ecuador se ha caracterizado por ser un país razonablemente tranquilo, a pesar de que Rafael Correa sea el sexto presidente de la República en tan solo 12 años. Muchos de sus antecesores fueron derrocados por movimientos populares, así como por procesos judiciales. Según declara a DIAGONAL el sociólogo Jon Avatares : “La sociedad ecuatoriana se ha caracterizado por no haber vivido grandes procesos de represión política, los militares no protagonizaron dictaduras del estilo de las que existieron en el Cono Sur, y el nivel de enfrentamiento político ha tenido habitualmente un perfil relativamente bajo dentro del contexto social”. Y prosigue : “Sin embargo esto está cambiando, la campaña para el referéndum constitucional es un claro ejemplo de ello. Nuestra sociedad se está polarizando entre quienes están a favor o en contra de Correa, y este fenómeno se da de manera especial en Guayaquil”.

“No jodas a Guayaquil”

El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, se transformó en el vocero fundamental de la campaña por el ‘no’ a la Constitución. Bajo el lema “No jodas a Guayaquil”, puso en marcha gigantescas brigadas ‘puerta a puerta’ por toda la ciudad, con el fin de convencer a sus ciudadanos de que la Constitución es centralista y negativa para la ciudad que él dirige. Guayaquil es la ciudad más poblada de Ecuador, con dos millones de habitantes, y se ha convertido en el bastión de la oligarquía tradicional ecuatoriana. Nebot, histórico militante del Partido Social Cristiano, es el portavoz de esa oligarquía y, de hecho, junto con la provincia de Zulia en Venezuela y los territorios de la ‘medialuna’ en Bolivia, Guayaquil es socio fundador de CONFILAR, la Confederación que agrupa a los territorios secesionistas de América Latina. El presidente Correa ha alertado varias veces sobre el peligro de que se dé en Guayaquil un proceso de características similares al de Santa Cruz en Bolivia. Correa advertía sobre las declaraciones autonomistas de Nebot durante la campaña : “Lean bien lo que quiere decir esa oligarquía. Nos quieren convertir en otra Bolivia donde, pese a que Evo Morales saque el 68% del apoyo popular, la oligarquía separatista de Santa Cruz quiere destrozar a Bolivia porque nunca se sintieron bolivianos”.

Publicado en el Diagonal nº 86, 2 de octubre de 2008

martes, 8 de julio de 2008

Ecuador: comienza a hacerse justicia 10 años después



Decio Machado (desde Quito -Ecuador-).


El Estado incauta 195 empresas pertenecientes a una de las familias oligárquicas más importante del país. Los medios de comunicación en manos de la derecha comienzan una dura campaña de desprestigio sobre Rafael Correa. Los medios de comunicación internacional: CNN, grupo PRISA, etc… secundan la campaña de la derecha.
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De igual manera que se manipuló la decisión del gobierno venezolano de no renovar la concesión de Radio Caracas TV (RCTV) el 27 de mayo del año pasado, los medios de comunicación ecuatorianos e internacionales ya están manipulando la incautación de varias empresas de comunicación en la madrugada del día de ayer, 8 de julio, por la Fiscalía General de la Nación y la Agencia de Garantías de Depósito (AGD) ecuatoriana.

Mientras los medios recogen declaraciones del tipo de “atentado y atropello a la libertad de expresión”, emitida entre otros muchos periodistas, por Nicolás Vega, gerente de la televisión Gamavisión; o incluso las del alcalde de Guayaquil, el líder “secesionista” socialcristiano y portavoz de la oligarquía tradicional, Jaime Nebot , en las cuales advierte demagógicamente: “es el inicio del fin de la libertad de expresión en el país”; la realidad se corresponde, al igual que pasó en Venezuela hace algo más de un año, a algo muy distinto.

¿Qué ha sucedido en realidad?

La Agencia de Garantías y Depósito AGC, conforme al artículo nº 29 de la Ley de Reordenamiento en materia económica y tributaria, dispuso la incautación de todos los bienes de propiedad de los administradores y accionistas del ex Filanbanco, al 2 de diciembre de 1998; cuyas pérdidas fueron determinadas por la Junta Bancaria, por 661 millones de dólares, conforme lo previsto en la resolución JB-2008-01084, con fecha 26 de febrero de 2008.

Artículo 29, Ley AGD: “…en aquellos casos en que los administradores hayan declarado patrimonios técnicos irreales, hayan alterado las cifras de sus balances o cobrado tasas de interés sobre interés, garantizarán con su patrimonio personal los depósitos de la institución financiera, y la AGD podrá incautar aquellos bienes que son de público conocimiento de propiedad de estos accionistas y transferirlos a un fideicomiso en garantía mientras se prueba su real propiedad…”.

No es una incautación única sobre medios de comunicación o por el mero hecho de ser medios de comunicación. El gobierno ecuatoriano ha incautado 195 empresas entre ellas: empresas agrícolas, de comercio, de seguros; de construcción; yates, aviones y otro tipo de bienes inmuebles, además de las empresas mediáticas. Sus propietarios, el llamado Grupo Isaías, eran los propietarios de Filanbanco, entidad que junto con otras articularon la estafa más grande de la historia del Ecuador, hace 10 años. De hecho, la familia Isaías, vive desde entonces en Miami, Estados Unidos.

Con esta medida, que debió ser tomada hace 10 años, renace la esperanza de los cientos de ciudadanos a los que nunca se les devolvió su dinero luego de la quiebra de Filanbanco. Además estas incautaciones no vulneran ningún derecho laboral ni paralizará ninguna de las empresas en cuestión, es el Estado ecuatoriano el que ahora velará y garantizará la estabilidad laboral.

La intoxicación mediática a la que una vez más esta siendo sometida la comunidad internacional por medio de los grandes grupos de comunicación, intenta hacer creer que el llamado gobierno de la Revolución Ciudadana, presidido por Rafael Correa, ha desarrollado una acción para hacerse con los medios de comunicación opositores, y que dicha acción carece de legitimidad jurídica.

Lo cierto es que, entre las 195 empresas de la familia Isaías incautada, se encuentra tres canales de televisión (TC Televisión, Gamavisión, Cable Noticias CN3), más la televisión por cable, Cable Deportivo. Además, los Isaías, tiene entre su holding empresarial, media docena de radios (entre ellas destacan Súper K8 800 y Radio Carrusel), así como otra media docena de revistas (La Onda, Generación XXI, El Agro, Samborondón,…). Todos ellos han quedado incautados por el Estado.

¿De quién son los medios de comunicación en el Ecuador?

La industria mediática ecuatoriana, al igual que la del resto del planeta, ha derivado en dos efectos importantes en los últimos treinta años. Por un lado, una creciente privatización monopólica que genera significativos lazos entre grupos de poder y medios de comunicación. Pero además, dicha relación tiene un efecto directo sobre la intención y direccionalidad de la información, instrumentalizada desde los intereses de quienes son propietarios de los medios.

Esta relación -prensa-grupos económicos- no es nueva. La tendencia mundial por comercializar los medios de comunicación responde a la importancia ideológica que tienen, y al poder que supone el manejo de información. En ese sentido, Ecuador no ha sido una excepción.



Los medios ofrecen la posibilidad de controlar de manera indirecta, a través de la unificación de pensamiento y la injerencia en la percepción ciudadana. Se trata de una hábil estrategia, considerando que se ampara en el discurso de la democracia y la libertad de expresión.



La manipulación de información responde a un interés específico de control social a través de la homogenización de percepciones, incidiendo directamente en el imaginario social y el debate público. El papel de los medios ya no es informar sino moldear una sociedad funcional a los grandes poderes económicos.



Durante los últimos años, en Ecuador se han producido una serie de acontecimientos que han ido modificando la configuración de los grupos económicos del país. En este sentido, resulta importante destacar el papel de la crisis bancaria de 1998 en el reordenamiento de los grupos de poder económico del país.

En la actualidad, la propiedad sobre los medios en el Ecuador presenta características monopólicas. Son los grandes grupos económicos del país los que concentran los espacios mediáticos, bajo el tradicional formato de familias cerradas. Un cruce de información sobre accionistas y directorios de medios revela además una importante imbricación entre estos grupos vinculados a través de relaciones comerciales, familiares y por propiedades compartidas.



En la actualidad, y a falta de una oposición sólida capaz de estructurar alternativas al gobierno del presidente Correa, son los medios las herramientas utilizada por la oligarquía para intentar desprestigiar y deslegitimar el actual momento de transformación social que vive el Ecuador.



Los grupos tradicionales que controlan los medios en el en Ecuador son:

- Isaías de Guayaquil Eljuri de Cuenca y Vivanco de Quito, entre estos tres grandes grupos, conforman el supergrupo IEV, el holding multimedia más importante. Cada familia mantiene el control total sobre determinados medios pero además tienen un conjunto de intereses mutuos en un número importante de medios de comunicación.

- Mantilla Mosquera y Mantilla Anderson, ambos de Quito, conforman el supergrupo Mantilla: Relación familiar (primos hermanos). Intereses comunes en sector editorial. Cuentan con empresas que los enlazan económicamente. Separación de intereses a nivel de prensa escrita.

- Y los grupos sueltos, Vivanco y Egas de Quito; así como, Alvarado, Pérez y Martínez de Guayaquil.

Todos ellos son de perfil conservador, no habiendo sectores progresistas mediáticos más allá de la televisión estatal –Ecuador TV, sin emisión permanente-, el periódico El Telégrafo (también estatal y con una limitada tirada de 25.000 ejemplares) y una red de radios comunitarias, entre las que destaca La Luna (activa protagonista durante el derrocamiento del coronel Lucio Gutiérrez).

En el Ecuador actualmente son 19 familias oligárquicas, las que controlan a nivel nacional la pantalla chica: de 348 concesiones, 287 están en manos de estos grupos familiares, ya sea como personas jurídicas o como personas naturales. El resto de concesiones se encuentran en provincias, principalmente en posesión de políticos o empresarios locales.

Entre estas familias, los Isaías son los más importantes, teniendo en su poder el 27% de la concentración mediática televisiva.

Los antecedentes investigativos.

El pasado 4 de agosto de 2007, el presidente Rafael Correa, afirmaba que el atraco bancario de 1999 al que se vio sometido el país es una “historia tenebrosa” que “no quedará en la impunidad” y pidió a los ecuatorianos estar atentos al futuro.

En ese momento, Correa advertía a los ciudadanos que los resultados del informe que la comisión de auditoría del salvataje bancario “eran estremecedores”. Dicho informe fue presentado públicamente el 9 de agosto del año pasado, y a partir de ahí, el gobierno pidió al Fiscal General de la Nación que investigue a los responsables y conforme una veeduría ciudadana para que estos delitos fueran sancionados y no quedasen en la más absoluta impunidad.

Correa denunciaba entonces, que “todo fue un plan para quebrar al país y llenar el bolsillo de los banqueros” (en la actualidad, todos instalados en los Estados Unidos), indicando también que ese “atraco” financiero de 1999 y 2000 tuvo como antecedentes la manipulación de las leyes.

La banca controló la Constituyente de 1998.

Los banqueros intervinieron en varias leyes en elaboración de la Asamblea Constituyente de entonces, dominada por el Partido Social Cristiano y la Democracia Cristiana, con el fin de realizar modificaciones legales para su beneficio.

Se modificó por ejemplo la transitoria número 42 de la Constitución en relación con la gestión del Banco Central para incorporar el siguiente contenido: “Hasta que el Estado cuente con los instrumentos legales adecuados para enfrentar crisis financieras y por el plazo no mayor de dos años, contados a partir de la vigencia de esta Constitución, el Banco Central del Ecuador podrá otorgar créditos de estabilidad y de solvencia a las instituciones financieras, así como crédito para atender el derecho de preferencia a las personas naturales depositantes en las instituciones que entren en proceso de liquidación”.

Los banqueros se prepararon la legislación, ya sabiendo que venía la crisis e hicieron una Constitución a su medida para que todo el pueblo ecuatoriano pagase su irresponsabilidad y sus lucros indecorosos.



Tras este primer paso para atracar el país, vino el segundo, en diciembre de 1998, con la aprobación de ley de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), cuyo lema parece haber sido, según Correa: “quiebren no más que todo el Ecuador paga”.



Después de marzo de 1999, llegó el congelamiento de depósitos, que se convirtió en el mayor decomiso de la historia del país (versión ecuatoriana del “corralito” argentino), y se registró una devaluación del sucre (moneda del país en aquel momento), que pasó de un tipo de cambio de 5.000 sucres por dólar a 25.000 sucres por dólar, con lo que se consumó el robo de las cuatro quintas partes de los depósitos del pueblo ecuatoriano.



Los presidentes implicados.

Toda esta operación de robo a escala nacional, comenzó durante el mandato de Fabián Alarcón, declarado presidente interino después de la destitución, tras fuertes movilizaciones populares, de Abdalá Bucaram, el 11 de febrero de 1997. Esto llevó a una crisis política, ya que constitucionalmente la sucesión correspondía a la entonces vicepresidenta, Rosalía Arteaga, que había asumido el poder sin la autorización del Congreso el 6 de febrero. Arteaga ejerció de manera oficial como presidenta entre 9 al 11 de febrero, pero cedió finalmente ante Alarcón, que asumió de manera interina hasta el 10 de agosto de 1998.


Su gobierno fue caótico. La crisis constitucional desatada a partir de su designación acabó con un referéndum que dio paso a la Asamblea Constituyente anteriormente referenciada, que redactó la nueva Carta Magna de 1998.


El interinazgo de Alarcón se prolongó hasta el 10 de agosto de 1998, cuando asumió un nuevo presidente elegido en las urnas, el alcalde de Quito Jamil Mahuad.


Mahuad, líder de la Democracia Popular, gobernó el país entre 1998 y su derrocamiento en el 2000. Recordado como el presidente más nefasto de la historia del Ecuador desde su regreso a la vida democrática, actualmente dicta clases en Harvard, donde imparte cursos de escenarios políticos.


La consecuencia: el éxodo de un pueblo.


El masivo robo desarrollado por los tenebrosos banqueros ecuatorianos, en contubernio con el Gobierno de Jamil Mahuad, causó repercusiones terribles, valorándose el desfalco económico en unos 6.000 millones de dólares.


Sin embargo, el costo de este asalto ha tenido repercusiones aún más graves para la población ecuatoriana. Desde 1995, con énfasis principalmente en 1999 y 2000 (momento del atraco bancario), cerca del 25 % de la población del Ecuador, tuvo que emigrar.


Los estragos económicos de la última guerra contra el Perú (1995), la devastación causada a lo largo de toda la costa del país por el Fenómeno del Niño durante 1998, y en especial, que quiebra fraudulenta de los principales bancos (1999), fueron los principales causantes del éxodo masivo ecuatoriano a Europa y Estados Unidos.


El atraco bancario y la posterior dolarización del país, en el año 2000, dejó a la economía ecuatoriana contra las cuerdas, la cual de hecho se salvó consecuencia de las divisas enviadas por los inmigrantes que tuvieron que salir del país.


Lo que está por venir...


El presidente Correa ya lo ha advertido, se hará justicia, aunque sea 10 años después, no son los Isaías los únicos que serán incautados por el gobierno de la Revolución Ciudadana.


Un acto de valentía como este por parte del Ejecutivo ecuatoriano, con Correa a la cabeza, merece ser aclarado, con independencia de la manipulación mediática a la que se le intente someter por parte de medios de comunicación que desde hace ya muchos años, dejaron de lado la ética períodística y su función primordial: la facilitación de una información objetiva para el conjunto de la ciudadanía.


Sr. Rafael Correa, al margen de lo que los medios estén publicando en el día de hoy, no dude nunca que una acción como esta, su pueblo se lo agradece. Han tenido que pasar 10 años para que se empiece a hacer justicia.

domingo, 29 de junio de 2008

Balcanizar América Latina, la receta definitiva de EE UU

Decio Machado // Ecuador (Guayaquil)

A medida que los procesos transformadores avanzan en países como Bolivia, Venezuela o Ecuador, se multiplican las pulsiones separatistas de las élites de las regiones más ricas en recursos naturales. La ‘medialuna’ en Bolivia (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) ; Zulia, en Venezuela ; y Guayaquil, en Ecuador, se han transformado en la avanzadilla de los intentos de ‘balcanización’, tal como se empieza a denominar esta nueva estrategia.

Detrás de los partidos autonomistas, la financiación de EE UU : desde 2005, Washington ha entregado 120 millones de dólares a la oposición boliviana.

Tras la balcanización de América Latina

Después de los referéndum autonomistas en Santa Cruz, Beni y Pando en Bolivia, ha quedado abierta una puerta hacia un proyecto de balcanización en América Latina que deja muchos interrogantes para el futuro de la región.

El reclamo autonómico de los prefectos de la llamada ‘medialuna’ boliviana (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), que pretende socavar el poder del presidente Evo Morales, está sentando precedentes peligrosos en el resto de América Latina. De esta manera, el eje conformado por Santa Cruz (Bolivia), Zulia (Venezuela) y Guayaquil (Ecuador), intenta quebrar el proceso de integración regional. La particularidad de este eje autonomista es que las mismas regiones son bastiones fuertes de la oposición a los presidentes Morales, Chávez y Correa respectivamente. Asimismo, poseen ingentes recursos naturales (petróleo y gas) y representan una parte importante del PIB de sus respectivos países.

Según declara a DIAGONAL Rigoberto Martínez, investigador asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, “todo este movimiento es una estructuración de un conjunto de instituciones que propician el libre comercio en regiones ricas, promocionando las autonomías como una simple estrategia de desestabilización de gobiernos progresistas y planteando el control de las oligarquías locales sobre sus recursos naturales”.

Zulia, Estado petróleo

Desde el siglo XIX alrededor del Zulia ronda la idea del separatismo. Hoy, a pesar de que el país es una republica única e indivisible, los planes secesionistas, impulsados por las elites opositoras, parecen retomar posición en el tapete político nacional.

El presidente Hugo Chávez denunciaba ante los medios de comunicación el pasado 30 de mayo : “Zulia es tierra de petróleo, de pueblo alegre y dicharachero. Pero al mismo tiempo hay que recordar que más allá de toda esa belleza geográfica, histórica y cultural que reúne, aquí está el epicentro del plan separatista contra Venezuela, y ese plan se expande ahora hacia Táchira y Mérida”, y proseguía : “Tomando el ejemplo de Bolivia, los opositores a la revolución bolivariana han ideado un plan divisionista que se expande ahora hacia el Estado Apure, en lo que ellos han llamado el arco, la media luna venezolana”.

Según el mandatario venezolano, la intención separatista va a intentar ser puesta en marcha en caso de que la oposición obtenga gobiernos regionales “estratégicos” en las elecciones del próximo noviembre.

El gas secesionista de Bolivia

A pesar de lo que ocurre en Venezuela, es en Bolivia donde los sectores autonomistas están más empoderados. El pasado 4 de mayo se realizó en Santa Cruz la primera consulta autonómica. A pesar del triunfo del ‘sí’, es necesario recordar que dicho referéndum fue convocado fuera de los canales que estipula la Constitución del Estado y que no gozó del aval de la Corte Nacional Electoral boliviana ni de los exigidos controles electorales. De igual manera, el 1 de junio también se desarrollaron referéndum en Beni y Pando, con objetivo de convalidar los estatutos redactados por sus correspondientes comités cívicos locales. Representantes de la oligarquía cruceña, como el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, viajaron a estas regiones para respaldar la “causa autonómica”.

Durante las votaciones llevadas a cabo en Beni y Pando, se sucedieron fuertes disturbios con varios heridos en algunas localidades de estos departamentos. En estos sucesos fue asesinado Carlos Ali, simpatizante del MAS y opositor a las consultas autonómicas. La víctima murió por ocho disparos de bala. Los enfrentamientos se dieron entre opositores al referéndum con el grupo de choque Unión Juvenil Cruceñista. Esta organización recorrió las calles armada para amedrentar a la población. La propuesta secesionista del Comité Cívico de Santa Cruz no tiene discusión : “Serán de dominio originario del Departamento, la región o la nación que le corresponda, todos los recursos naturales que contengan el suelo y el subsuelo. Toda la concesión de los mismos a empresas nacionales o extranjeras deberá ser aprobada, previamente, por las instancias legislativas y ejecutivas a nivel departamental o regional”.

Según Ramiro Vinueza, director del periódico ecuatoriano Opción, vinculado al Movimiento Popular Democrático, “este regionalismo y localismo reaccionario está exacerbado por los intereses del capital financiero internacional y las transnacionales del petróleo, que pretenden sustituir el supuesto centralismo establecido desde la capital boliviana, por la sumisión al centralismo de las grandes transnacionales, los separatistas pretenden negociar con éstas la entrega de los inmensos recursos naturales que posee esta región, de los cuales recibirán miserables privilegios, pero que les asegura su posición dominante frente a los pueblos pobres y explotados”.

Guayaquil, capital opositora

A primeros de mayo, el embajador boliviano en Quito, Javier Zárate, denunció que grupos opositores están coordinando en Ecuador y Venezuela referendos autonómicos como los organizados en Bolivia. Según declaró a DIAGONAL el mandatario ecuatoriano Rafael Correa : “Lo que está ocurriendo en Bolivia no es una acción aislada, tiene el soporte de países extranjeros, que quieren desestabilizar la región ; y de las elites separatistas de Guayaquil y de Zulia en Venezuela”. Guayaquil es considerada la ciudad más próspera y poblada del Ecuador, bastión de la derecha que se opone a Correa y cuyo alcalde Jaime Nebot, se referencia ante la ciudadanía guayaquileña por su proyecto de regeneración urbana y la privatización de la administración pública municipal. Su proyecto autonómico es un plan económico, político y social de carácter local y no nacional : intenta convertir a Guayaquil en una plataforma de exportación de bienes y servicios, sin pasar por el Estado central.

En la actualidad, Nebot intenta pactar con los 25 alcaldes existentes en la provincia del Guayas la formalización de un proyecto autonómico de corte separatista, que pudiera extenderse a través de la costa ecuatoriana, incluyendo entre sus objetivos la colindante provincia de Manabí, cuya segunda ciudad más importante es Manta. En esta ciudad se ubica la base norteamericana más importante del continente, que será desmantelada a finales del año que viene, según indicaciones del presidente Rafael Correa, y cuya única posibilidad de subsistencia sería a través de una proceso secesionista o bien por el derrocamiento del régimen.

¿Quién financia el separatismo?

Bolivia supone un buen ejemplo. La abogada venezolana-estadounidense Eva Golinger demostró documentalmente hace apenas un mes, que el Gobierno de los EE UU ha transferido 120 millones de dólares a la oposición desde 2005.

El Gobierno estadounidense ha utilizado a la National Endowment for Democracy (NED) y a la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), entre otros organismos, para financiar a la oposición a Evo, incluso momentos antes de su ascenso. La argumentación fue la de destinar fondos a la lucha contra el narcotráfico. Este reparto de millones se desarrolló entre organizaciones de todo tipo, incluyendo estudiantiles, periodistas y empresas mediáticas, partidos políticos, empresariado y otros. El objetivo era preciso : provocar el fracaso de la Asamblea Constituyente. Los medios, amplios : fuerzas de choque, enfrentamientos, movimientos por las autonomías, paros “cívicos”, movilizaciones permanentes en las siete regiones del país, “violencia callejera”, hasta llamamientos para derrocar al Gobierno. Todo esto es palpable en la mayoría de los medios de comunicación masiva, en manos de la derecha, y activos protagonistas políticos de la disidencia, que impulsan un enfrentamiento interno y una intervención externa.

Durante 2007 incluso se produjeron atentados con dinamita contra el consulado de Venezuela y una residencia de médicos cubanos en Santa Cruz, sin olvidar el intento de atacar a un avión venezolano en el aeropuerto de esa ciudad. Entre otros graves hechos, destacó una serie de atentados realizados por una pareja de estadounidenses y la detención de una funcionaria de EE UU que traía cajas de municiones para su ‘sede’ diplomática, según explicación oficial de la Embajada de los EE UU. Durante el mes de abril, previo al referéndum, EE UU posicionó en diversas regiones de Bolivia a la USAID a través de la empresa Casals & Associates para entregar 13,3 millones de dólares a 379 organizaciones de la “sociedad civil”, partidos opositores y proyectos separatistas.

CONFILAR : UN PROYECTO SECESIONISTA EN UN CONTINENTE EN TRANSFORMACIÓN

La Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional (Confilar) fue creada el 19 de septiembre de 2006 en Guayaquil (Ecuador), y tiene como misión, según recoge su acta fundacional, “impulsar y difundir en Latinoamérica y el mundo el ideario de libertad y autonomía mediante foros, cursos, talleres, seminarios, conferencias y otros medios de difusión”. Se definió explícitamente que esta Confederación brinde total apoyo a los cuatro departamentos “autonómicos” bolivianos (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando). La iniciativa del evento provino de Alberto Mansueti, vicepresidente del Movimiento Rumbo Propio para el Zulia, y director presidente de la Conferencia Liberal Hispanoamericana. En este evento se eligió como presidente de la Confilar a Carlos Dabdoub, ex candidato a la vicepresidencia de Bolivia y secretario departamental de Autonomía y Constituyente del Gobierno de Santa Cruz. También fue nombrado José Luis Tapia como secretario general. Tapia es miembro del Instituto de Libre Empresa y director ejecutivo de la Conferencia Liberal Hispanoamericana, recibe donaciones en una cuenta bancaria en Georgia, Estados Unidos, y cuenta entre sus “asesores académicos” con dos conocidos ideólogos de la derecha latinoamericana como Carlos Alberto Montaner, buscado por actividades terroristas en Cuba, y Álvaro Vargas Llosa, director del Centro de Prosperidad Global del Independent Institute de EE UU. Firmaron su creación organizaciones de Bolivia, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela, y acordaron hacer su segundo foro en Santa Cruz, el cual se realizó en septiembre de 2007. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció en su enlace radial del pasado 3 de mayo que esta Confederación es promotora de “intentos separatistas” en Bolivia, y mencionó que estas acciones son apoyadas por elites de Guayaquil y de Zulia, en Venezuela. Agregó a su vez que intereses internacionales “están financiando estos grupos para crear problemas a gobiernos progresistas, y una balcanización en América Latina”.

LOS LIBERTADORES DE LAS CLASES ALTAS

Branko Marinkovic

Presidente del Comité Cívico de Santa Cruz. Proviene de una familia de inmigrantes croatas que tuvieron relación con la ultraderecha de su país, los ustachis. Es partidario de conformar la “media luna” empresarial y de firmar el TLC con EE UU. Una de sus funciones es defender los intereses de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, el gremio petrolero. Se le considera como el más lúcido del movimiento empresarial. En las elecciones a la presidencia del Comité Cívico de Santa Cruz, se denunció la compra de votos a su favor de los delegados. Inicialmente vendió una imagen de persona joven, sin militancia anterior en partidos políticos desgastados y de empresario “productor”. En la actualidad, proyecta la imagen de un fascista fanático y soberbio y es un apólogo del terrorismo verbal, que practica conciente de su influencia. Tiene el apoyo de los medios, prácticamente todos en manos de la derecha, que se esmeran en amplificar su discurso. Con su marcado anticomunismo Marinkovic tuvo papel central en el juego nada cívico de generar pánico en la población para obligarla a obedecerles ciegamente, con declaraciones que señalan gran ignorancia, una dañina ligereza y mentalidad de señor feudal que dispone de la vida de la gente.

Jaime Nebot

Alcalde de Guayaquil. Proviene del Partido Social Cristiano y está casado con Cinthia Bohrer. Su cuñado Leonardo Bohrer fue presidente del Barcelona de Guayaquil y dirigió CATEG (empresa de energía eléctrica de la ciudad). Hace un año, CATEG presentó una demanda contra Leonardo Bohrer, por supuesta asociación ilícita con los representantes de la compañía Bismark para perjudicarla a través de la compra de servicios de telemetría de los medidores de consumo de energía de grandes usuarios en Guayaquil, por un monto de 10.380.000 dólares. Actualmente las elites de la ciudad constituyen el eje de la oposición al Gobierno de Rafael Correa. La imagen que proyecta en los medios, casi todos en manos de la derecha, es la de un líder mesurado, que realiza una gran obra con eficiencia a través del municipio. Según Nebot, su propuesta busca evitar una crisis similar a la de Bolivia. Sin embargo su historia lo delata : durante el Gobierno de León Febres Cordero, el más sangriento de la historia reciente del Ecuador, Nebot fue su mano derecha, ejerciendo la gobernación del Guayas durante aquel período. Tiene asesores llegados directamente desde Miami, como es el caso de Enrique Campuzano, actual líder de la ‘Colaboración Cívica del Guayas’. A través de las mafias locales, Nebot ha conseguido desplegar una estrategia organizativa clientelar y subordinada a la oligarquía guayaquileña. Sin éxito, ha intentado posicionarse como un líder nacional, alejado de los viejos partidos políticos de donde proviene e intentando ocultar su historia pasada. Sin embargo se declara dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para “defender a Guayaquil” de los ataques del supuesto “centralismo comunista” de Rafael Correa.

Manuel Rosales

Gobernador del Zulia. Fue el único gobernador venezolano que firmó el acta que disolvía los poderes públicos durante el golpe de Estado de abril de 2002. Representa a los sectores de los viejos y defenestrados partidos como Acción Democrática, y de igual manera a sectores poderosos de la oligarquía regional como Fedecámaras o la federación de ganaderos. Rosales ha sido concejal, parlamentario regional y alcalde de Maracaibo, la segunda ciudad del país. Dirige un partido zuliano (Un Nuevo Tiempo) desde que en 1995 rompió con el desprestigiado Acción Democrática. Fue el candidato opositor a Chávez en las elecciones de diciembre de 2006, por la alianza Unidad Nacional. Siendo un personaje bastante gris, ha podido dar la imagen de hombre capacitado y conocedor de la realidad política de la región que dirige y del país. Mucho hicieron sus asesores para mejorar su léxico y su oratoria, si bien el actual gobernador del Zulia lo echa todo a perder en sus arranques de espontaneidad. Recientemente ha sido acusado de llevar ocho años financiando sus campañas políticas con recursos públicos, entre ellos becas estudiantiles y desviando los recursos de la región para su beneficio personal, así como de recibir financiación constante desde los EE UU.

Este artículo ha sido publicado en el Diagonal num. 81 de la primera quincena de julio/2008