jueves, 20 de marzo de 2008

Repsol miente sobre un vertido en la amazonía ecuatoriana


Decio Machado, Ecuador

El petróleo derramado en el parque Yasuní no se corresponde a 100 barriles, como declaró la multinacional, sino a unos 2.500. El Gobierno ecuatoriano interpondrá una denuncia por mentir y contaminar.

El pasado 1 de febrero, las autoridades ecuatorianas tuvieron constancia de un derrame de petróleo en los límites de la reserva natural del Yasuní causado por Repsol YPF. El viceministro de Minas y Petróleo, José Serrano, declaró públicamente que Ecuador sancionará a la transnacional española por haber tardado en informar al Gobierno sobre el vertido.

El derrame tuvo lugar al menos una semana antes de que las autoridades conocieran el vertido, pero la multinacional española lo ocultó, violando el reglamento de seguridad ecuatoriano. En su nota oficial, días más tarde de los sucesos, Repsol indicaba que “se había logrado contener un pequeño derrame de petróleo en un bloque que limita con el mayor parque tropical de Ecuador”. El portavoz de Repsol, Federico Cruz, dijo que la compañía no había determinado la causa del derrame, el cual se estima en unos 100 barriles de crudo. “Sabemos que el derrame no causó contaminación en ríos o comunidades”, aseveró Cruz.

Las investigaciones que están siendo llevadas a cabo por las autoridades de protección ambiental ecuatorianas demuestran que la compañía española, una vez más, mintió. El petróleo derramado no se corresponde a 100 barriles, como declaró Repsol, sino a unos 2.500 barriles, de los cuales unos 1.500 son de agua de formación. Esta mezcla dificulta aún más la determinación exacta del daño ecológico. Además, intentaron aprovechar el periodo de fiestas de carnaval, considerando que los funcionarios medioambientales estaban de descanso para ocultar lo sucedido, pero afortunadamente las autoridades inspeccionaron y se verificó el delito.

En este mar de falsedades vertido por la compañía española, también es importante determinar las causas del derrame. Mientras Repsol expone ante sus filiales internacionales que la extracción de crudo que ellos desarrollan en el Ecuador es un modelo a seguir en todos los países en los cuales tienen inversiones, la realidad demuestra lo contrario. Según organizaciones medioambientales, la falta de inversión en infraestructura fue la causa real del derrame en Ecuador. La tubería afectada sufre un deterioro considerable y debería haber sido cambiada hace tiempo por parte de los equipos de mantenimiento de la compañía. Lamentablemente, la legislación ecuatoriana, en materia de sanciones medioambientales, aún mantiene vigente el régimen de sanciones de los antiguos Gobiernos conservadores. La multa por la falsa información y por el impacto ambiental es irrisoria y Repsol posiblemente no sea sancionado por más de 50.000 dólares.

Según Adela Chilonango, de la comunidad indígena de los huaoranis, “es urgente que el Gobierno de la revolución ciudadana que encabeza el presidente Rafael Correa tome medidas sobre el control de las actuaciones de las multinacionales en la Amazonía, así como que aplique un régimen de sanciones severas ante la violación de la legislación vigente”.

Imagen corporativa

Un anuncio publicitario presentado en la TV ecuatoriana muestra a un colibrí tomando néctar de una flor, casi sin tocarla. Ese es el mensaje subliminal que Repsol YPF pretende transmitir en el Ecuador. Sin embargo la actividad petrolera es una de las industrias que mayores impactos produce en el ambiente y en las comunidades locales asentadas en su área de influencia. El Parque Yasuní tiene una extensión aproximada de un millón de hectáreas donde se encuentran, según autoridades locales, el 44% de las especies de aves existentes en la Amazonía, el 40% de todas las especies de mamíferos de la cuenca amazónica y más de 100.000 clases de insectos por hectárea. El Yasuní, que además acoge cientos de pueblos indígenas tradicionales, que han protegido estos bosques porque de ellos depende su supervivencia material y cultural, es la región con mayor diversidad biológica del mundo. Para su desgracia este incomparable parque natural tiene en su subsuelo petróleo.

Publicado en el número 74 del periódico Diagonal

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