Autor: Decio Machado
La extrema pobreza afecta al 5% de la población gallega. En cifras oficiales y según parámetros europeos, hay en Galicia, además, medio millón de personas que viven en la pobreza relativa. Hace 50 años salían transatlánticos repletos de trabajadores gallegos con destino a Latinoamérica. Ahora miles de jóvenes gallegos continúan marchando a Canarias, Madrid y otras zonas del Estado para trabajar en la construcción y la hostelería.
Un solo dato macroeconómico puede explicar las consecuencias de la precariedad en las condiciones de trabajo y en la calidad de vida de los trabajadores gallegos a lo largo de los últimos 20 años. En 1980 las personas asalariadas representaban el 47,8% de la población activa en Galicia, y contribuían con sus rentas al 48,3% del Producto Interior Bruto (PIB). En el 2000, tras 20 años, la población asalariada representa un 68,1% de la población activa y contribuye sólo en 44,9% al PIB. En resumen, un porcentaje 20 puntos mayor de asalariados, en una población activa también mayor, participa en la riqueza generada cuatro puntos menos que antes.
Es una de las conclusiones de un informe de la Confederación Intersindical Galega (CIG), que ha vuelto a situar a Galicia como un rincón de precariedad dentro del rincón que ya supone el Estado español dentro de la Unión Europea. A comienzos de año, Ricardo Varela, conselleiro de Traballo de la Xunta, alertó de que la tasa de temporalidad en Galicia está situada en el 35%, “12 puntos por encima de la que hay en Cataluña” y más de 20 puntos superior al índice europeo.
Del informe sobre la contratación temporal en Galicia, elaborado por la Xunta, se desprende que en 2004 un tercio de la población ocupada de la Comunidad tenía un contrato temporal, y que la media de contratos por persona al año es de 2,1, con lo cual “hay trabajadores que tienen 13 o 14 contratos al año”. Según el propio titular de Traballo de la Xunta, el problema de la temporalidad “impide planificar el futuro” y por lo tanto dificulta también el desarrollo de la sociedad gallega, incidiendo incluso en que Galicia tenga una de las tasas de natalidad más bajas del Estado. El informe pone de manifiesto que de los 3.600.000 contratos realizados en Galicia entre el año 2000 y 2004, tan sólo 294.000 fueron indefinidos. Así, en esos cinco años, por cada contrato indefinido se firmaron 12 temporales. La tasa de temporalidad se situó en 2004 en casi un 35% para el conjunto de Galicia, aunque ese índice se superó con creces en comarcas como Barbanza, que registró un 69%; O Salnés, con un 58%; y O Morrazo, donde estuvo en un 56%.
La contratación indefinida inicial de las mujeres supuso en el mismo período el 4,14% del total de contrataciones, e igual porcentaje se dio en la conversión de los acuerdos temporales en indefinidos. Así, el total de contratación indefinida de las mujeres se situó en un 8,24%, tres décimas por debajo de la de los hombres. Las mujeres coparon el 65% de los contratos a tiempo parcial, una modalidad que afecta más a los jóvenes, ya que 36% de los acuerdos firmados entre 2000 y 2004 correspondieron a menores de 25 años, que sin embargo sólo representan el 8,7% de los ocupados gallegos. Dentro del sector más joven del mercado de trabajo, especialmente damnificado en estos 20 años, las mujeres están sufriendo los peores rigores de precariedad. Este es un dato constante en todos los sectores. Las jornadas abusivas de trabajo, contrataciones a tiempo parcial y salarios inferiores al salario legal constituyen la práctica común en gran parte de los sectores económicos gallegos. Otro grupo social que experimenta problemas de exclusión son los mayores de 40 años. La pérdida de empleo desde estas edades en adelante dificulta la reincorporación al mundo laboral, con la correspondiente pérdida de autoestima y los problemas psicológicos que afectan a una parte importante de esta población.
Tareas pendientes
Según declara a DIAGONAL Carlos Vázquez, secretario de comunicación de CC OO de Galicia, “la mayor parte de esa contratación temporal está hecha en fraude de ley, pues el empresariado gallego utiliza los contratos temporales para resolver tareas y necesidades fijas de sus empresas; la temporalidad deviene en precariedad y los contratos basura están convirtiendo el mercado laboral en un calvario”.
Para el portavoz de CC OO, “estamos ante un fracaso del anterior Gobierno gallego” para afirmar a continuación que “el actual Gobierno de Galicia -formado por la coalición PSdG y BNG- tiene buena voluntad, si bien está por ver que tenga la fuerza suficiente para encauzar a la patronal gallega por una senda real que permita atacar este problema”. Menos conciliador se manifiesta el secretario general de la CIG, Suso Seixo, el cual indica que las diferencias entre diciembre del 2004 y diciembre del 2005 han sido muy leves. Seixo mantiene que los niveles de desempleo gallegos son casi del 14%, muy por encima de la media nacional y europea. “Todo esto a pesar de que una buena parte de la juventud sigue emigrando, si llegasen a quedarse en Galicia las cifras de desempleo serían escandalosas”. Así, la radiografía sociolaboral de Galicia muestra que la precariedad se encuentra implantada en los principales sectores económicos.
COMERCIO Y SERVICIOS Incluye el comercio mayorista y el prestado directamente a los ciudadanos, así como los servicios privados prestados a través de concesiones públicas privatizadas. Ocupa en Galicia a cerca de 180.000 trabajadores, con sueldos próximos al Salario Mínimo Interprofesional y jornadas laborales a la carta, pactadas con representantes sindicales promovidos por las propias empresas, donde apenas existe libertad sindical. Destacan las tasas de temporalidad del 47% en el comercio de alimentación y del 75% en la hostelería.
CONSTRUCCIÓN Ocupa en Galicia en torno a 114.000 trabajadores, de los cuales el 60% tiene contrato temporal. La modalidad más común es la del contrato por obra y servicio.
SIDEROMETALURGIA Ocupa a unos 42.300 trabajadores, con un porcentaje de temporalidad en torno al 40%, que afecta en mayor medida a los trabajadores jóvenes. El salario medio entre provincias oscila entre 11.900 y 14.100 euros al año.
EL MAR La pesca emplea a unos 35.100 trabajadores y presenta una tasa de temporalidad del 59%, con contrataciones en fraude de ley donde predomina el contrato temporal por períodos de tres a seis meses, que son sobrepasados de forma habitual por embarques y desembarques superiores a este tiempo. En la pesca de bajura la contratación temporal se aproxima al 50%: muchos empleados llegan a trabajar uno o dos días a la semana, en una relación laboral discontinua. El salario medio es de 900 euros mensuales, y las jornadas se pueden llegar a prolongar de 16 a 18 horas diarias, a lo que se debe sumar la ida a la zona de pesca y el regreso al puerto.
SECTOR PÚBLICO Como ocurre en el resto del Estado, la Administración aporta una creciente temporalidad. El sector público ocupa en Galicia a 177.000 trabajadores, divididos entre funcionarios y personal laboral. De ellos, 42.200 son contratados eventuales en modalidades de obra, sustituciones y vacantes temporales.
MÁS PARO Y TEMPORALIDAD
35% fue la tasa de temporalidad registrada en Galicia en 2004, 12 puntos por encima de Cataluña, y 20 puntos sobre la media europea. En el caso de las mujeres, la temporalidad llega al 37%.
26% es la tasa de desempleo de la población joven, cuatro puntos por encima de la media estatal y ocho puntos más que en la UE.
45% de los jóvenes entre 30 y 34 años viven con sus p
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